Helicobacter Pylori: su tratamiento con Biorresonancia
El Helicobacter pylori (H. pylori) es un tipo de bacteria que causa infecciones en el estómago. Se encuentra, aproximadamente, en dos tercios de la población mundial. Es posible que se transmita por agua y alimentos contaminados, pero los investigadores no están seguros. Puede causar úlceras pépticas y cáncer de estómago.
El Helicobacter pylori posee la increíble capacidad de sobrevivir en uno de los ambientes más inhóspitos de nuestro organismo: el estómago, que presenta un medio extremamente ácido, con un pH inferior a 4. La acidez del estómago es uno de los mecanismos de defensa de nuestro organismo contra las bacterias que son ingeridas con los alimentos. Pocos son los seres vivos que logran sobrevivir en un ambiente tan ácido.
No obstante, el H. pylori presenta algunos «trucos» evolutivos que le permiten adaptarse a un medio tan hostil. La bacteria produce sustancias que neutralizan los ácidos, formando una especie de nube protectora a su alrededor, permitiendo que la misma se movilice dentro del estómago hasta encontrar un punto para fijarse.
Además de esta protección, el Helicobacter pylori logra sobrepasar la barrera de moco que el estómago posee para protegerse de la propia acidez, adhiriéndose al moco, área debajo de la mucosa, donde la acidez es mucho menos intensa. Por lo tanto, además de producir sustancias contra la acidez, el H. pylori logra penetrar el estómago hasta partes donde el ambiente es menos agresivo.
¿Cómo se contrae el Helicobacter Pylori?
El modo de contagio del Helicobacter pylori aún no es plenamente conocido. Sabemos que la transmisión puede ocurrir de una persona contaminada a una persona sana por medio del contacto con vómitos o heces; en el caso de las heces, generalmente bajo la forma de aguas o alimentos contaminados.
Los seres humanos parecen ser el reservatorio principal de la bacteria, sin embargo, el H. pylori ya fue aislado en otros primates, ovejas y en gatos domésticos, lo cual sugiere que la transmisión de estos a los seres humanos podría ocurrir.
El agua contaminada, principalmente en los países en desarrollo, suele ser una fuente de bacterias. El H. pylori logra permanecer viable en el agua por varios días. En los países sin saneamiento básico universal, la mayoría de los niños es infectada antes de los 10 años y la presencia en la población adulta llega a ser mayor de un 80%. En los países desarrollados, como en Estados Unidos y en Europa, la contaminación en niños es poco común, no obstante la transmisión en la vida adulta es frecuente, donde más del 50% de la población arriba de la edad de los 60 años se encuentra infectada.
Cuando un miembro de la familia se infecta con el Helicobacter pylori, el riesgo de transmisión para los hijos y conyugue es altísimo. Esta transmisión es común incluso en casas con buenas condiciones de higiene, lo que deja en duda si la transmisión ocurre siempre por vía fecal/oral. La transmisión a través de la saliva aún no está comprobada.
El H. pylori puede ser encontrado en la boca, principalmente en las placas dentarias, no obstante su concentración parece ser muy baja para que haya transmisión. Un dato que habla en contra de esta forma de transmisión es el hecho de que los dentistas no presentan mayores tasas de contaminación respecto a otros profesionales que no lidian constantemente con saliva y placas bacterianas.
Enfermedades que causa.
Como ya se ha dicho al inicio de este artículo, el Helicobacter pylori suele alojarse en la pared del estómago, justo debajo de la capa protectora de moco. Esa capa es esencial para la protección del estómago, impidiendo que el ácido clorhídrico agreda a su mucosa. El problema es que el H. pylori produce una serie de enzimas, algunas de ellas directamente irritantes para las células del estómago, otras activas contra la capa de moco, tornándola más débil, dejando la pared del estómago desprotegida contra el contenido ácido. Estas acciones provocan inflamación de la mucosa del estómago, lo cual lleva a la gastritis y, en algunos casos, a la formación de úlcera péptica y hasta de tumores.
En resumen, la presencia del Helicobacter pylori causa lesión en el estómago y en el duodeno, estando así asociado a un mayor riesgo de:
- Gastritis
- Duodenitis (inflamación del duodeno).
- Úlcera de duodeno.
- Úlcera de estómago.
- Cáncer de estómago.
- Linfoma de estómago.
Síntomas del Helicobacter pylori
La gran mayoría de los pacientes contaminados por el Helicobacter pylori no presenta ningún tipo de síntoma o complicación. Existen cepas de la bacteria más agresivas y cepas más indolentes, lo cual explica, en parte, la ocurrencia de síntomas apenas en pocas personas contaminadas. Es importante destacar que el Helicobacter pylori en sí no causa síntomas. Los pacientes contaminados con H. pylori que presentan quejas lo hacen por la presencia de gastritis o úlceras pépticas provocadas por la bacteria. En estos casos, los síntomas más comunes son:
- Dolor o incomodidad, generalmente como quemazón en la parte superior del abdomen.
- Sensación de hinchazón del estómago.
- Saciedad rápida del hambre, generalmente después de comer tan sólo una pequeña cantidad de alimento.
Estos síntomas reciben el nombre de dispepsia.
En el caso de úlceras, las siguientes señales y síntomas también son comunes:
- Náuseas o vómitos.
- Heces oscuras.
- Anemia.
Si el paciente no presenta gastritis ni úlceras, la simple presencia de H. pylori no puede ser responsabilizada por síntomas como dolores estomacales. A manera de ejemplo, varios estudios muestran que sólo 1 de cada 14 pacientes con quejas de quemazón estomacal, sin gastritis o úlcera documentadas en la endoscopia, presentan mejoría con el tratamiento para el H. pylori.
El H. pylori también parece ser responsable por la aparición de aftas recurrentes en algunos pacientes, pero esta asociación aún no está comprobada.
Diagnóstico
Actualmente existen varios métodos para diagnosticar la presencia de la bacteria Helicobacter Pylori, algunos de ellos son alternativas no invasivas a la tradicional endoscopia digestiva como el test de aliento y el diagnóstico con Biorresonancia.
Tratamiento con Bioelectromagnetismo y Biorresonancia
Como vimos, el tratamiento del Helicobacter pylori según la medicina occidental requiere la realización de procedimientos invasivos y el consumo de sustancias químicas, que pueden producir efectos colaterales en nuestra salud. Al contrario, la terapia bioelectromagnética es un tratamiento no invasivo y natural.
¿Cómo funciona?
El diagnóstico y tratamiento con Bioelectromagnetismo se basa en aplicar los nuevos descubrimientos de la física al campo de la medicina. Los terapeutas trabajan con las corrientes electromagnéticas que recorren el cuerpo de cada uno de nosotros para lograr su estabilidad y así aliviar las patologías que provienen de su desequilibrio. Las ondas de los equipos electromagnéticos actúan sobre el sistema nervioso provocando su activación y dirigiéndolo a eliminar la bacteria.
La base de los estudios de resonancia proviene de los conocimientos de la medicina tradicional china. En los años 50 del pasado siglo, científicos alemanes descubrieron que la acupuntura china trabajaba estimulando el sistema nervioso central para hacer que el cuerpo se curará a sí mismo. Inspirados en este hallazgo inventaron los primeros equipos bioelectromagnéticos que estimulaban mediante corrientes eléctricas los acupuntos.
Las máquinas de Bioelectromagnetismo actuales trabajan con las frecuencias de onda corporales y con otras externas. Mediante electrodos recogen las frecuencias electromagnéticas en determinados puntos del cuerpo, estas pasan al equipo donde se modifican y se dirigen de nuevo al paciente. Entonces entran en resonancia con las vibraciones corporales y les aportan un nuevo orden.
Su eficacia se basa en la capacidad para provocar una resonancia exacta con las ondas del cuerpo. Además el aparato puede dirigir vibraciones de ciertas sustancias. En ese caso el sistema crea una frecuencia contraria a la de la sustancia tóxica o el alérgeno que está provocando el problema de salud para corregirlo.
Al paciente le son colocados en sus manos y pies cuatro electrodos (uno por cada extremidad), lo que permite que las frecuencias vibratorias del paciente sean registradas por el equipo al que se conecta y permite que esas frecuencias sean devueltas ajustadas a las necesidades de su organismo.
Beneficios del Bioelectromagnetismo
La terapia bioelectromagnética no tiene contraindicaciones médicas ni efectos secundarios. Frente a los tratamientos invasivos de la medicina convencional, el Bioelectromagnetismo nos brinda una forma de medicina alternativa que no depende de sustancias químicas ni tratamientos quirúrgicos para eliminar al Helicobacter pylori.
La experiencia de nuestros pacientes respalda nuestra confianza en la eficacia del tratamiento. ¿Tienes alguna duda o inquietud? No dudes en comunicarte con nosotros, estamos siempre atentos para brindarte toda la información que necesites y el mejor servicio. Para más información puedes contactarnos al 829-901-3918.